Y perderlo todo en un segundo...
Sintiera lo que sintiera para ella nunca dejo de ser un gran amigo, con sus idas y venidas, pero el mejor amigo que pudo tener, con el único que la sonrisa no era forzada, con el único que la sonrisa salia sola y desde el corazón. Pero cuando todo iba perfecto, todo se teñía de gris. Nunca lo entendió, nunca la ayudaron a entenderlo.
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