jueves, 26 de junio de 2014

¿Sabéis? no es una de mis mejores épocas, mentiría si dijera que estoy bien y que puedo con todo y que adelante con lo que me venga encima, todo eso seria una gran mentira. Será que me aferro en ver el mundo en un color aún mas oscuro que el negro. Y no es que todo vaya mal, tengo amigos que son un tesoro que jamás habría esperado encontrar y que aparecieron en mi camino sin venir a cuento, pero aun así siento una soledad bastante intensa dentro de mi. Estos meses atrás, desde hace un año aproximadamente han sido un infierno. Exámenes, amigos, estrés, bibliotecas, encuentros, nuevos descubrimientos, verdades dolorosas, mentiras ocultadas, amigos que no son tan amigos, amigos en la distancia...

Quizás eso fue una de las cosas que mas me cambio. No es fácil ver como los que te importan están lejos de ti y cuando están mal apenas pueden hacer nada por ti y empiezas a sufrir, no por ti, o, por lo que te pase, sino porque a ellos les afecta que estés mal, y no pueden estar a tu lado, y es por eso, que empiezas a callar, te empiezas a hacer fuerte, y, te vuelves reservada, ya no confías las mismas cosas, no las trasmites de la misma forma, empiezas a guardar, hasta que ya nada sale de ti, ya ni siquiera sabes contar nada, no sabes delegar en tus problemas y ofrecérselos a esas manos amigas.