Y Claudia se percato de que aun sentía ese fuego en su interior, ese que sentía hace ya muco tiempo al mirarle a los ojos. Aun sentía esa ternura que le trasmitían sus labios al transportar esas dulces palabras. Aun se le aceleraba el corazón al leer esas cartas que le llegaban de mes a mes a su querido palacio. Y aunque ella y Roberto solo se podían ver a escondidas, y sabia que el no la volvería a amar, pues estaba prometido con su hermana, aun esperaba ese momento como el mas ansiado de cada año.
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